China se prepara para un colapso de Evergrande y otras amenazas a su estabilidad
Muchos expertos sostienen que la crisis del gigante inmobiliario chino Evergrande no representa una amenaza sistémica. Las medidas que están tomando las autoridades chinas sugieren lo contrario.
Aunque los problemas de Evergrande podrían no representar un momento "Lehman" y presagiar una crisis financiera -principalmente porque el control absoluto que las autoridades tienen sobre su sistema bancario significa que pueden evitar el tipo de congelación destructiva de las transacciones interbancarias que convirtió el colapso de Lehman Bros en una crisis sistémica-, las autoridades no están de brazos cruzados.
Muchos expertos argumentan que la crisis dentro del gigante inmobiliario chino, China Evergrande, no representa una amenaza sistémica. Las acciones que están tomando las autoridades de
China sugieren lo contrario.
Si bien los problemas de Evergrande pueden no representar un momento "Lehman" y presagiar una crisis financiera, principalmente porque el control absoluto que las autoridades tienen
sobre su sistema bancario significa que pueden evitar el tipo de congelamiento destructivo de las transacciones interbancarias que convirtió el colapso de Lehman Bros en una crisis
sistémica: las autoridades no están sentadas en sus manos.
El Banco Popular de China ha inyectado más de $ 70 mil millones ($ 96 mil millones) de liquidez en el sistema financiero de China en poco más de una semana, por lo que evidentemente ve a
Evergrande como un nivel de amenaza para la estabilidad sistémica.
El gobierno central ha pedido a las autoridades del gobierno local que reúnan grupos de trabajo de contables y abogados para examinar las operaciones y las finanzas de Evergrande en sus
provincias.
También se les ha ordenado que se preparen para "incidentes masivos": demostraciones a mayor escala por parte de clientes, inversores y proveedores de Evergrande que las que ya han
ocurrido.
Se está notificando a los desarrolladores de propiedad estatal y del sector privado que podrían recibir instrucciones para hacerse cargo de proyectos locales.
Las autoridades locales están aprovechando los ingresos por ventas de los desarrollos de Evergrande (exacerbando la crisis de liquidez de Evergrande en el proceso).
También se informa que las autoridades centrales están considerando relajar algunas de las restricciones sobre el préstamo y la propiedad de viviendas y, al menos temporalmente, moderar
la política de las "tres líneas rojas" - límites al apalancamiento y ratios mínimos de liquidez - que ha jugado un papel importante en la política de Evergrande. implosión.
Evergrande puede no presentar una amenaza sistémica absoluta, pero es evidente que las autoridades de China creen que tiene algunas implicaciones para la estabilidad social y sistémica y se
están preparando para las consecuencias mientras intentan evitar tener que rescatar a los inversores y acreedores de Evergrande.
No sorprenderá a nadie si las entidades estatales terminan tomando el control de los activos inmobiliarios sin terminar del grupo y protegiendo a los compradores de propiedades
pre-vendidas mientras permiten que las pérdidas para los inversores y financieros fluyan sin intervención.
Si las medidas contendrán el daño doméstico de un colapso de Evergrande es una pregunta abierta.
La propiedad y las actividades conexas generan casi el 30% del PIB de China y representan la mayor parte de la riqueza de los hogares en las regiones urbanas. Además, impulsan la
actividad y el empleo en una amplia gama de otros sectores.
Con el South China Morning Post informando que solo uno de los 15 mayores promotores inmobiliarios de China cumplió con la política de las tres líneas rojas impuesta al sector en agosto
pasado, la posibilidad de que los problemas de Evergrande se conviertan en una amenaza mucho mayor para la economía y la estabilidad social es verdadero.
La política de las tres líneas rojas que ha precipitado la crisis en desarrollo dentro y fuera de Evergrande fue bien intencionada, pero quizás no tan bien pensada como podría haber
sido. Fue diseñado, junto con otras medidas como algunos límites a los préstamos para vivienda, para ayudar a desinflar una burbuja inmobiliaria y de deuda.
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